Esta página intenta proporcionar información sobre toxoplasmosis y lista algunos de sus posibles tratamientos. La información disponible en esta página sobre toxoplasmosis y su tratamiento ha sido obtenida de múltiples fuentes y puede no ser totalmente precisa. Si crees que padeces toxoplasmosis o algunos de sus síntomas, te recomendamos que visites a tu médico antes de comenzar ningún tratamiento por tu cuenta.
La toxoplasmosis es una infección común que afecta a la mayoría de las aves y los mamíferos, incluyendo los humanos.
Los signos de la toxoplasmosis incluyen leves síntomas de gripe, tales como fiebre, dolor de garganta y dolores musculares. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la toxoplasmosis no causa ningún síntoma.
La toxoplasmosis puede causar complicaciones graves en personas con sistemas inmunitarios debilitados, como las personas con VIH, SIDA o cáncer.
La toxoplasmosis es una infección producida por un parásito llamado Toxoplasma gondii común, este parásito lo podemos encontrar en:
- Carnes cruda o casi cruda.
- Carnes curadas, como el jamón.
- Leche de cabra pasteurizada.
- Heces de gato.
- Arena para gatos que está contaminada con las heces de gato infectadas.
La toxoplasmosis no se puede transmitir de persona a persona, salvo en casos muy poco frecuentes de trasplante de órganos.
La mayoría de los casos de toxoplasmosis no necesitan tratamiento. Sólo se recetan medicamentos si los síntomas son graves, especialmente en personas con un sistema inmune debilitado. Los medicamentos indicados para el tratamiento de la toxoplasmosis son la primetamina y la sulfadiazina.
Toxoplasmosis en el embarazo
Las mujeres embarazadas que se infectan con toxoplasmosis por primera vez, pueden necesitar tratamiento de antibióticos. El antibiótico utilizado en estos casos es la espiramicina. Esto reduce el riesgo de que el feto se infecte y limita la gravedad de la toxoplasmosis congénita si el bebé se infecta.
Probablemente, la madre infectada no experimentará ningún síntoma de la infección. Una infección que se desarrolla durante las primeras etapas del embarazo aumenta el riesgo de:
- Aborto involuntario.
- Que el bebé nazca con toxoplasmosis congénita.
Hay cierta evidencia que sugiere que contra antes se inicie el tratamiento, menor es el riesgo de la toxoplasmosis congénita. Sin embargo, en la mayoría de los casos, si tu bebé se infecta finalmente, dependerá del momento en que haya sido infectado.
Los tratamientos con antibióticos no siempre son eficaces en la prevención de los daños causados por la toxoplasmosis congénita en el bebé nonato. Si las pruebas demuestran que el feto ha sido infectado, te recetarán sulfadiazina y pirimetamina.
Toxoplasmosis congénita
La toxoplasmosis congénita es más grave y aparece cuando una mujer se infecta durante el embarazo y transmite la infección a su bebé antes de nacer. Esto puede causar graves problemas en el desarrollo del bebé como ceguera y daño cerebral.
Los síntomas, por lo general, serán más severos si la madre está infectada en el momento de quedarse embarazada o durante el primer o segundo trimestre (hasta la semana 27 del embarazo).
Los síntomas de la toxoplasmosis congénita pueden incluir:
- Hidrocefalia.
- Daño cerebral.
- Epilepsia.
- Ictericia.
- Sordera.
- Infecciones oculares y ceguera.
- Agrandamiento del hígado o el bazo.
- Problemas de crecimiento.
- Parálisis cerebral.
La toxoplasmosis congénita se trata generalmente con antibióticos. Estos probablemente serán una combinación de pirimetamina y sulfadiazina.
El tratamiento con pirimetamina y sulfadiazina es eficaz para los bebés moderada y severamente afectados. El tratamiento con estos medicamentos puede durar hasta un año. Desafortunadamente, algunos bebés con toxoplasmosis congénita desarrollan discapacidades a largo plazo, porque no es posible que los antibióticos deshagan los daños que ya se han producido.
Toxoplasmosis en niños
El sistema inmune de los niños sanos suele ser lo suficientemente fuerte como para evitar que el parásito que causa la toxoplasmosis cause una enfermedad grave. El tratamiento para los niños será el mismo que para los adultos.
Toxoplasmosis ocular
La infección por toxoplasmosis a veces puede extenderse a los ojos. Esto se llama toxoplasmosis ocular.
El parásito que causa la toxoplasmosis, puede permanecer en estado latente (inactivo) en la retina durante muchos años. La retina es la capa de tejido en la parte posterior del ojo sensible a la luz. Sin embargo, si el parásito se reactiva, puede comenzar una nueva infección.
La toxoplasmosis ocular produce lesiones oculares, que son heridas en los ojos causadas por la inflamación y la cicatrización. Estas lesiones pueden aparecer en:
- La retina.
- Los coroides.
Este daño a los ojos se llama coriorretinitis y puede causar problemas como:
- Pérdida parcial de la visión en un ojo.
- Estrabismo.
- Microftalmia.
- Atrofia óptica.
Para el tratamiento de la toxoplasmosis ocular se utilizan antibióticos y esteroides. La cicatrización causada por la toxoplasmosis no desaparecerá con el tratamiento, pero éste puede evitar que empeore.
Toxoplasmosis cerebral
Para alguien con un sistema inmunológico débil, la toxoplasmosis puede ser fatal. Esto es así porque el cuerpo puede no ser capaz de combatir la infección. En el caso que una persona con un sistema inmune debilitado se infecte, le puede causar daño cerebral.
Si la toxoplasmosis comienza a afectar el cerebro, puede causar encefalitis. A veces se denomina encefalitis toxoplasmosis y es una de las causas más frecuentes de muerte en las personas con SIDA.
Los síntomas de la encefalitis toxoplasmosis son:
- Dolores de cabeza.
- Confusión.
- Mala coordinación.
- Convulsiones (ataques).
- Dolor en el pecho.
- Tos con sangre.
- Dificultad para respirar.
- Fiebre.
- Problemas de visión.
- Múltiples lesiones (heridas) en el cerebro.
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